Tuesday, May 23, 2006

Los números de mi espalda


Quiero llorar, sí, y gemir un poco. Quizás si lloro y lloro, berreo, pataleo y escupo, bueno, quizás volvamos al principio y comiences a quererme de nuevo. Quererme… suena tan… egocéntrico, agradable, cómodo, sensual…Quererme, como lo hacías antes de todo y de nada. Cuando no había gritos, y me acariciabas suave y electrizante. Y yo me entumecía, sí, pero de placer, de aquél que da la seguridad y el amor.
Tengo los pies fríos y me duele la nostalgia del ayer. Los besos que casi no nos damos, las palabras que preferimos no decirnos, las lágrimas que ya ni salen de tanto aburrimiento.
¿Sabes? me están saliendo números en la espalda que ya no consigo descifrar. Pueden decir algo así como que me muera, da igual, también dicen que tú estás muerto. Y me gritan por las noches, los muy cerdos. El 1 dice que no, pero cuando se une al 9 musita que en las noches frías mi almohada se marcha. Cuando el 9 está solo dice cosas sin sentido, que me quieres y frases redundantes de esas que sabes mentiras. Pero ellos siguen, a lo suyo, y me arañan la espalda cada día. El maldito 5 lo tengo escrito justo en la vértebra lumbar número 2. Él si que me odia, tanto que no habla y únicamente sonríe cuando me ve llorar.
Así son mis números, peores cuanto más se unen para coaccionar mi pequeña sonrisa, los muy cabrones. Me estrujan las cervicales, las lumbares y mandan impulsos nerviosos desde los ganglios del recuerdo hasta los órganos efectores de nuestro amor convulsionado.