Monday, November 05, 2007

De rescates

Son los días, que se nos pegan a los brazos y nos mantienen soldadas a los cien metros cuadrados de un piso devastado de ilusión. Te levantas pegajosa, yo despierto desganada. Me miras con los ojos entreabiertos o entrecerrados y con el pelo hecho una maraña de preguntas sin respuesta, mientras paseas arrastrando tus pies hasta un frigorífico rebosante de anhelos.
Los días se suceden caramelizados, y con pocas palabras y muchos gritos internos, mimamos las esquinas de nuestro lúgubre reinado.
Época bañada en oscuridad la llaman, yo prefiero pensar que tal estado de hibernación dará lugar al resurgimiento de nuestras alas de mariposa. De lo contrario, qué demonios, bajaré a la tienda más cercana a comprar unas con las que comenzar a enseñarte a sobrevolar los cinco pisos que nos separan de la felicidad.