Thursday, December 07, 2006

Camas ajenas

Cómeme la amargura. Haz de mí algo valioso. Castígame en iglús de chocolate que sé se derretirán con la salida de un sol cobarde.
Lámeme el desamparo. Convierte lo que soy en algo tangible. Desprèciame en castillos de princesas abandonadas.
Trágate mi añoranza. Úsame como algo pasajero. Destrózame con mentiras piadosas.
Fúndete en mi desgana. Muévenos como a una noria. Rózame como a un muñeco de cera.
Juega conmigo a cuentos que siempre terminan bien.
Cuéntame historias de folios en blanco llenos de arañazos.
Baila al son de mi desgana. Languidece en la desdicha, y después, saltemos al ritmo del camión de la basura, de los labios sin respuesta, del dolor sin un calmante. Más tarde, dame vueltas frente a un espejo, chilla lo que me odias, grita todos tus miedos.
Al final, caminaremos separados por la fina línea de la desilusión, pisaremos la esperanza, escupiremos nuestro pasado. Entones, quizás todo concluya y nos sumamos en el apacible sueño de una muerte de odio compartida.

1 comment:

Anonymous said...

Una retórica ardiente, me encanta

maeoris